lunes, 4 de mayo de 2015

Brazo de gitano salado


        Hoy os propongo una receta muy sencilla que hará las delicias de muchos niños. Una estupenda forma de innovar en la merienda o de tener resuelta la cena de un día para otro. Un brazo de gitano salado, relleno de jamón York y queso philadelphia, para que se adapte a los paladares de los más pequeños. Si queréis sorprender en una fiesta podéis utilizar queso azul en lugar del anterior. O añadir a la primera mezcla, nueces. O sustituir el conjunto por ensaladilla rusa. Como veis, es una receta muy versátil que podéis adaptar a los gustos de vuestra familia.

Ingredientes:
100 grs. Azúcar
Sal
100 grs. Harina
4 Huevos
Jamón York y queso philadelphia para rellenar


        Lo primero que tenéis que hacer es separar las claras de las yemas en dos boles.


        Batid las yemas hasta que queden espumosas. Añadirles poco a poco el azúcar. Y cuando esté todo bien mezclado, la harina tamizada. Removed bien el conjunto para que no queden grumos.

         

 

  A continuación, batís las claras a punto de nieve. Este bizcocho no lleva levadura, así que para que quede esponjoso es muy importante que las claras estén bien firmes, que podáis dar la vuelta al bol y no caigan.

 

Añadís las claras poco a poco al bol donde tenéis las yemas mezcladas con los demás ingredientes y movéis el conjunto con una cuchara de madera de abajo hacia arriba. No lo revolváis porque se bajarán las claras y se estropeará el bizcocho.

 

  Una vez que esté todo bien mezclado, lo vertéis sobre una placa de horno cubierta con papel vegetal untado con mantequilla y espolvoreado con harina. Este paso es muy importante porque si no, al intentar despegar el bizcocho se os va a romper y no lo podréis enrollar.

 

        Meterlo en el horno, con calor arriba y abajo, a 200º durante 10 minutos. Y nada más sacarlo, despegarlo con cuidado del papel vegetal y extenderlo sobre un trapo limpio espolvoreado con azúcar (para que no se pegue) o volved a colocarlo sobre el papel que habéis utilizado para hornear, ya que enfría rápido. Hacedle un corte a lo largo de la parte más estrecha para poder enrollarlo con mayor facilidad. Envolvedlo con el papel como si fuera un caramelo e introducidlo en la nevera durante al menos una hora.

 

 

 

  

        Pasado ese tiempo, sacadlo del frigorífico, abrid el paquete, extended de nuevo el bizcocho y rellenarlo al gusto (es la misma receta de bizcocho para un relleno salado que para uno dulce). Para los peques os propongo que extendáis unas lonchas de jamón York y le untéis queso philadelphia. Lo volvéis a enrollar y… ¡ya está listo para servir!

 

 

 

 

        Lo podéis guardar en la nevera envuelto en el propio papel vegetal. Si queréis congelarlo, como cualquier bizcocho, para que se conserve mejor os aconsejo que lo envolváis primero en papel de cocina (que absorberá la humedad que se forme en el congelador) y a continuación en film transparente o papel aluminio.

        Para presentarlo entero, yo quitaría la primera rodaja y la última, para darle un aspecto más uniforme y profesional. También lo podéis presentar en una fuente partido en rodajas. Espero que os guste. A Silvia no le ha hecho mucha gracia la receta de bizcocho, pero Sergio ha devorado el rollito en meriendas y cenas. Ya me contaréis cuánto triunfan en vuestras casas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comparte tus opiniones con nosotros