lunes, 2 de junio de 2014

Mi vida contada a través de una historia




                                                           Fotografía tomada en el Sea World de Orlando en 2008

- Y tú, ¿en qué trabajas, mamá?

- ¿Quieres que juguemos a ser mamá para que lo entiendas?

- ¿Es divertido mamá?

- ¡Mucho!  ¡Prepara los disfraces!

- ¿Un disfraz de mamá?

- No, hija, todos los disfraces de mamá; seremos:

Cocineras, porque tenemos que preparar la merienda y la cena.

Chóferes, para llevarte a la academia

Médicos, para curar cada una de tus pupas

Magas, para adivinar lo que pasa por tu cabecita, tratar de ponerlo en palabras cuando te falten y buscar una solución a lo que te preocupe

Profesoras, para enseñarte a poner la mesa, usar correctamente los cubiertos, calzarte, vestirte, a ordenar tus juguetes para que encuentres siempre lo que buscas…

Gimnastas, para seguir tu ritmo saltando a la comba, montando en bici y jugando en el parque

Artistas, para hacer collares con macarrones, castillos de arena, huellitas de la mano con pintura de dedos y todas esas cosas que te gusta hacer

Payasos, para hacerte reír siempre que lo necesites, con un globo en forma de flor, una pistola de agua camuflada o pintura para la cara

Fotógrafas: para retratar cada uno de esos increíbles momentos que compartes conmigo y poder verlos cuando no estás y que tú puedas verlos cuando crezcas y se los enseñes a tus hijos. También tendremos que sacar la cámara de vídeo porque la poesía que me contaste el día de la madre es lo más bonito que he oído nunca y creo que merece un vídeo. Por supuesto, haremos también un álbum de recuerdos donde colocaremos la primera concha que cogiste en la playa, la entrada a tu primer museo, la moneda especial que sacamos en el oceanográfico… y todas esas cosas lindas que me recuerdan cada uno de los preciosos momentos que me das cada día.

Peluqueras: para ponerte guapa y cambiar 5 veces seguidas de peinado porque la horquilla se te cae, la diadema te hace daño y la goma de Hello Kitty no era la que querías. Para hacer cabriolas en la bañera y lavarte el pelo sin que caiga una sola gota de jabón ni agua en los ojos. Y secarlo bailando una especie de conga a tu alrededor porque, hija mía, no puedo pedirte que te estés quieta 10 minutos enteros seguidos, que es lo que necesito para secártelo del todo.

Cuenta cuentos, para relajarte antes de dormir

Cantantes, para calmarte mientras coges el sueño

- Qué cansado es esto de ser mamá

- Lo sé, mi vida, pero ¿te lo has pasado bien?

- Mucho, aunque algunas cosas han sido difíciles

- Pero las hemos solucionado juntas, como siempre.

- ¿A ti te gusta ser mi mamá?

- Más que nada en el mundo

- Y estando tan cansada, ¿vendrás esta noche cuando te llame?

- Por supuesto, mi amor. Todas las veces que haga falta.

- ¿Y de dónde sacarás las fuerzas?

- La primera vez aún estaré despierta, no será un esfuerzo y aprovecharé para irme a la cama. La segunda vez, te daré un beso y un abrazo, porque me despertaré con ternura. La tercera, me repetiré una y otra vez hasta que llegue junto a tu cama, que te quiero más que a nada en el mundo, que cuando me llamas es porque me necesitas y que desde el momento en que te pusieron por primera vez en mis brazos sentí que tú eras lo único importante, lo único sin lo que no podría pasar, lo único sin lo que no podría dormir ninguna noche del resto de mi vida.

           Sacaré fuerzas de todos esos momentos en los que me haces sonreír, de cada uno de los recuerdos que me regalas cada día, de cada beso, cada abrazo…Y recordaré que tu primera palabra fue “mamá”, a pesar de que incluso el pediatra me dijo que sería “papá” porque a los bebés les resulta más fácil pronunciar la “p” que la “m”. Y que después de “papá” tu siguiente palabra me tocó la fibra sensible. Desde que naciste cada día te digo “Te quiero todo, todo, todo”. Y un día, mientras te cambiaba y te volvía a decir “te quiero…” no me dejaste acabar la frase y soltaste “toooooooooooooo”. No pensé que ninguna palabra, especialmente después de oírte decir “mamá”, me gustase tanto. ¡Me escuchabas! Sé que no entendías aún su significado, pero también que, de alguna manera, esa constante repetición se te había grabado.

Desde entonces, y a medida que has ido creciendo, hemos ido aumentando la dimensión de la frase para abarcar todos los conceptos que vas aprendiendo. Por eso ahora, cada día, te digo que te quiero todo, todo, todo, por el mundo entero, entero, entero y para siempre, siempre, siempre…

 Dulces sueños, princesa

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comparte tus opiniones con nosotros