Estamos
terminando el curso y las manualidades que los peques han ido trayendo ya no
caben en las paredes. Me gusta dejárselas a la vista para que sean conscientes
de todo el trabajo que han realizado, así que se me ocurrió realizar esta
manualidad en la que pueden exhibirlas.
Necesitaremos:
Grapadora
Cola blanca
Pintura de dedos verde
1 pincel
1 cúter
Celo
1 cartón (yo utilicé una caja que tenía en casa)
1 redecilla (elegí la malla en la que venían los calabacines por su color verde)
1 dibujo de un dinosaurio (para que fuese lo suficientemente grande lo imprimí como ampliación)
Papel carboncillo
Primero, poner el papel carbón sobre el cartón con la parte azul hacia abajo. Encima, colocar el dibujo que queráis calcar y repasar las líneas.
De
esta forma, el dibujo quedará copiado en el cartón. Ahora, lo que tenéis que
hacer es cortar la silueta con un cúter y extraerla.
Dibujar
el contorno del dinosaurio a una distancia de, al menos, 1 centímetro. Y
cortarlo nuevamente con el cúter. De esta forma, obtenemos un marco con la
forma de un dinosaurio.
Colocar
la malla encima del dinosaurio de cartón. Si tenéis dos, mejor, quedará más
tupido. La mejor forma de unirlos es con una grapadora.
Le
damos la vuelta y lo pintamos de verde. Si le damos una capa de cola blanca será
como barnizarlo. La pintura no se descasquillará y será más fácil mantenerlo
limpio. Y para colgarlo bastará con que le grapéis un clip por la parte de
atrás.
Ya tenéis
listo el dinosaurio. Ahora podéis colgar todos los trabajos de vuestros peques
de la forma que mejor consideréis: con un hilo, un clip, una pinza…
Y
vosotros, ¿qué? ¿Ya sabéis dónde lucir todas las preciosidades que nos traen
los peques?
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