Playa de Riviera Maya, 2008
“Sé tú mismo. Todos los demás están
cogidos”. Es una verdad muy obvia que muchas veces se nos olvida, especialmente
cuando tratamos con niños. ¿Cuántas veces hemos tenido que oír: “pero Pedro
todavía usa pañal, pues Juan lo dejó hace ya 6 meses”? A pocos parece
importarle que Pedro, en cambio, colorea perfectamente dentro de las líneas,
mientras que Juan parece que ni siquiera las ve. Y tampoco tenemos que fijarnos
en esto, sino en Pedro, si somos sus padres, o en Juan, o María… Pocas cosas
hacen más daño a la autoestima de un niño, hablando claro de una vida normal
sin tragedias, que las tan odiosas comparaciones. Y es que muchas veces nos
resulta difícil no hacerlas. Qué raro que todavía no ande… su hermana, a su
edad… ¡y dale! Pero es que su hermana no es él!!!!!
Siempre que vayamos a comparar a
nuestros hijos entre ellos o con otros hermanos tenemos que buscar dentro de
nosotros mismos a aquel niño que fuimos y que detestaba que nos hicieran exactamente
eso; tanto como que nos dijeran “uy, pero qué rico” mientras nos daban un buen
pellizco en la mejilla, que sí, que sí, que por mucho cariño con el que se haga
eso es un pellizco y duele igual. Las palabras son afiladas y hacen mucho daño.
Recordémoslo.
Hay mucha diferencia entre los niños
que nacen en enero y los que nacen en diciembre, pensadlo, casi un año; eso
para un bebé es casi un mundo. Y entre niños y niñas; sí, debemos luchar por
tener los mismos derechos, pero no por ser iguales porque no lo somos. Es
evidente cuando nos miramos, pero ya se ha demostrado sobradamente que por
dentro somos igual de distintos, nuestro cerebro, nuestras hormonas… nos hacen
dos seres completamente diferentes y eso es bueno, nos complementamos. Hagamos
eso mismo por nuestros niños. Si a Pedro hay que ayudarle con el pañal quizá
tengamos que reforzar su autoestima, armarnos de paciencia y cambiarle 20 veces
las sábanas cada noche. Premiarle cuando haya que cambiarle la mitad de las
veces que al principio… En cambio, Juan quizá necesite que hagamos ejercicios
de habilidad motriz fina con él como jugar con la arena o la plastilina.
En cualquier caso, no hacemos ningún
favor a niño ni a adulto con las comparaciones. Nos iría mucho mejor si en
lugar de decirles “¿por qué no haces esto como tu hermano?” Les dijésemos,
“¡qué bien, ya has logrado esto! ¿por qué no intentamos ahora esto que es aún
más difícil?”
Os lanzo una propuesta, eduquemos
niños que adoren los retos, que piensen que hacerse pis en la cama no sólo no
es vergonzoso, sino una oportunidad de aprender algo nuevo, a controlar los
esfínteres, y de superarse a sí mismo. Las carreras están bien, pero por qué no
cronometrarles, celebrándolo cada vez que mejoren sus tiempos. Me parece mucho
más productivo tratar de mejorarse a uno mismo que intentar ser mejor que el de
al lado. Porque siempre habrá gente a la que se le dé mejor y peor que a
nosotros determinadas materias, pero lo que está claro es que a lo largo de
toda nuestra vida siempre podemos mejorar algo de nosotros mismos. Si tenemos
una fuerte autoestima y nos lo tomamos como un reto nos introduciremos en una
dinámica de constante crecimiento personal que a mi parecer es mucho más
productivo.
El otro día oí una frase en una
película que me encantó. Una madre, Barbra Streisand, le decía a su hijo: “Si
pusiesen en fila a todos los niños del mundo siempre te elegiría a ti”. ¿Acaso
no haríamos todas lo mismo? ¿Y alguna querría realmente que su hijo se
comportase exactamente como el de al lado? Reflejar en ellos nuestras envidias
y nuestras carencias no les hace ningún favor. Hacerles ver que han avanzado
mucho y que si siguen esforzándose así podrán llegar incluso más lejos, sí. Y
no os olvidéis de las palabras clave de esta frase “YA han avanzado mucho” y podrán
llegar AÚN más lejos. Se trata de que quieran superar retos, no de mostrarles
lo que todavía no han conseguido. Es una gran diferencia que puede suponer que
el niño quiera correr más o que se rinda. Hagamos grandes corredores de
obstáculos y enseñémosles tantos recursos como se nos ocurran para ir
saltándolos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comparte tus opiniones con nosotros