Porque no todos tenemos la costa a mano, hoy os propongo un plan
alternativo, una playa fluvial. Aprovechando el calor del verano, este fin de
semana estuvimos en Cimanes del Tejar, un pueblo a poco más de media hora de
León capital. Yendo desde aquí, al entrar en el pueblo, a la derecha, no
demasiado visible, hay un cartel de madera con forma de flecha que indica
“Playa fluvial”; al final de la cuesta, a la izquierda, encontramos otro y tan
sólo unos metros más adelante llegamos a nuestro destino. Nosotros nos perdimos
porque no vimos el letrero y seguimos carretera arriba hasta pasarnos el
pueblo; pero en cuanto pudimos dimos la vuelta y enseguida nos encontramos con
una señora muy amable que nos indicó perfectamente cómo llegar.
Es un gran complejo con suficiente
sitio para aparcar. Incluso en sábado pudimos dejar el coche a la sombra
llegando a la hora de comer. A la entrada hay un bar con terraza. Y detrás una “piscina”
con suelo de piedras grandes inclinado, de forma que en los extremos el agua no
llega ni a los tobillos y a medida que se avanza hacia el centro cubre hasta un
máximo de 1.40 m. El río entra directamente por uno de los laterales y es ahí
donde el agua alcanza su punto más frío; aunque, si alguna pega tiene este
precioso sitio, es precisamente lo fría que está el agua. Al margen de esto… es
estupendo.
No está nada abarrotado, hay un
ambiente muy familiar y es fácil coger un sitio a la sombra bajo un árbol.
También hay vestuarios con baños y duchas, por lo que goza de todos los servicios
básicos para pasar un buen día. Lo que
no tenemos son mesas y bancos para almorzar en la zona del río, pero los niños
estarán encantados haciendo un picnic sobre las toallas. Y para la merienda…
¡un heladito del bar! Y para cuando el sol deje de calentar, si aún tenemos
fuerzas, podemos echar un partido en la cancha de fútbol o jugar un rato en el
parque. Nosotros no llegamos a ver más porque se nos hacía tarde, pero también
tienen una zona de merendero, instalaciones deportivas y una piscina que tampoco
cubre y donde seguro el agua estará más calentita. La próxima vez iremos hacia
esa zona y ya os contaremos dónde nos lo hemos pasado mejor.
Las normas son básicas y nada
estrictas. Está permitido comer en la zona de baño y también entrar en el río con
chanclas y colchonetas. Es un complejo sencillo, pero estupendo para alejarse
de sitios excesivamente llenos los fines de semana como Valencia de Don Juan. Y
para los niños es muy seguro porque se pueden meter en el agua sin ningún
problema, ya que no cubre, no hay corrientes, remolinos ni ningún tipo de
peligro. Eso sí, os recomiendo llevar chanclas porque el suelo está resbaladizo
y algunas piedras pequeñas son bastante molestas.
El horario es de 12.00 a 20.00 y la
entrada es gratuita. Si no habéis estado os animo a visitarlo, aprovechando
estos días de solecito, ¡Por fin llegó el verano!
Mira que yo.soy.de costa eh! Pero.apetece bajar hasta allí,.apuntado queda porque.nunca se sabe... Muchas gracias. marta Roa.
ResponderEliminarMerece la pena, la verdad. El agua está helada, pero el sitio es fenomenal para los niños, mucha tranquilidad, jardín para jugar y la posibilidad de entrar en el río con colchonetas. Es una bonita forma de pasar el día de manera diferente
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