Hoy os he querido traer esta frase
porque a veces me siento muy identificada con ella y últimamente le doy muchas
vueltas. Los que tenéis niños sabéis cuánto deseamos dárselo todo y lo difícil
que es compaginar las múltiples tareas del día a día con el tiempo que tanto
deseamos compartir con ellos. A veces le damos tantas vueltas a qué será lo
mejor que terminamos dejando pasar una oportunidad que se nos había presentado.
Creo sinceramente que cada persona puede lograr aquello que se proponga si
lucha por su sueño con toda su alma. Pero últimamente me he dado cuenta de que
lo difícil es llegar a creerte que puedes hacerlo por más veces que te lo
repitas. Es decir, y como dijo Thomas Carlyle, que tenemos el potencial para
alcanzar nuestros objetivos y el principal obstáculo que tenemos que lograrlo
es a nosotros mismos, nuestros miedos e inseguridades.
Empecé a escribir este blog con la
ilusión de compartir con todos vosotros lo que más me apasiona en la vida, que
es cuidar de los míos. Ya en el colegio mi mejor amiga decía que era como una
gallina clueca (especie de gallina que deja de poner huevos para cuidar de sus polluelos). Me gusta dar sorpresas, organizar
fiestas y buscar regalos diferentes, como un mensaje en una botella, que
literalmente mandé, aunque por correo, eso sí. Adoro cocinar y preparar la
bolsa de la merienda imaginando la sonrisa que se le escapará a la peque cuando
la abra en el cole. Planifico sus cumpleaños como si fuesen bodas, durante
meses porque disfruto pensando en la decoración, en el menú, en el regalo
ideal, en los juegos para sus amigos…Y hago las tan famosas, entre mis
allegados, listas que me caracterizan. Desde que tengo memoria hago listas para
todo, aunque se me da peor seguirlas, jejejeje.
Habréis notado un descenso en mis
publicaciones y os aseguro que no se debe a una falta de ideas, que me
burbujean como la espuma del champán a punto de hacer estallar el corcho. Estoy
deseando compartir un montón de locuras con vosotros; pero, al margen de lo
complicado que es compatibilizar el día a día con cualquier actividad extra y
las complicaciones que este inicio de curso hemos sufrido, lo cierto es que
empezaba a rendirme, aunque sin querer reconocerlo. Me dejé llevar brevemente
por ese sentimiento que a veces nos invade de fracaso; la sensación de no ser
lo suficientemente buenos como para compartir algo de valor con el mundo… al
fin y al cabo, en una sociedad tan mediatizada como la de hoy día, ¿qué podía
aportar yo que no se hubiese dicho ya? Pero entonces, recordé una frase que me
dijo hace muchos años mi mejor amiga: “Puede que no seas nadie para el mundo,
pero para una persona eres todo su mundo”. Y luego, una prima me llamó para
preguntarme qué hacía yo para mantener entretenidos a los peques durante todo
el día y además apañarme con mis tareas. Y la madre de una amiga me preguntó
qué comidas congelaban mejor. Y pude informar a otras de la academia de música
que acababa de encontrar para bebés. Y decidí que si para todas esas personas
mis opiniones y experiencias eran válidas, bien merecían que siguiera con el
blog y que, como ellas, seguro que a otras les podría interesar lo que yo tenía
que contar y compartir. Recuerdo que cuando me quedé embarazada tenía mil
preguntas en la cabeza que ya nunca cesaron, sobre el parto, la lactancia, el
colegio, las extraescolares, dónde encontrar el disfraz de la función de
Navidad, la fiesta de Carnaval y las actividades de verano. Y estaba dispuesta
a leer todo lo que encontraba y a escuchar a todas las personas que querían
contestar mis preguntas. Si yo puedo ayudar a otras personas a resolver sus
dudas, ¿por qué no hacerlo?
Y por eso hoy os traigo esta frase, porque
he decidido que nunca más voy a ser un obstáculo para cumplir mis sueños. Estoy
segura de que en los momentos de flaqueza que podéis pasar ante un examen, o
los largos meses que hay antes de las oposiciones, o ante un despido o después
de dos años seguidos sin dormir por los despertares de un bebé, si conseguís un
pequeño rato para vosotros, respiráis hondo y os distanciáis por un pequeño
instante de esa situación encontraréis la razón por la que vais a luchar y las
fuerzas para conseguirlo. Y entonces habréis ganado porque ese será el primer y
más decisivo paso de vuestro camino hacia el triunfo. A partir de ese instante
sólo tendréis que… sí, hacer una lista, de los pasos más importantes que debéis
seguir y empezar a tachar. Disfrutad del camino que no siempre nos lleva donde
habíamos planeado, pero en todos se aprenden grandes lecciones. La primera y
más importante, no rendirnos, jamás, en ninguna situación. Recordad lo valiosos
que sois para muchas personas, las cosas que, sin duda, habéis logrado. Y si
aún no estáis convencidos del todo, sed todo lo racionales que queráis y
pensad: ¿acaso no tenéis la capacidad intelectual para superar ese examen, esas
oposiciones? ¿Acaso hay algún niño que tarde o temprano no haya empezado a
dormir por la noche? ¿Acaso hay algún trabajo o labor de la que no se aprenda
nada? No desesperéis, tomaos vuestro tiempo, respirad hondo y… ¡comeos el
mundo!
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