domingo, 24 de agosto de 2014

Jugando a profesores


      
                                                                                                       Tapiz de juego de goma eva     

             Un juego para un niño o para varios, sin límites de participantes.

            Ahora que se acerca “la vuelta al cole”, es un buen momento para recuperar una de las actividades que más les gusta a los niños, jugar a ser mayores. Los juegos de imitación les encantan; son una excusa perfecta para disfrazarse y hacer lo mismo que los adultos. ¿Qué mejor para quitarle un poco de tensión a estos días de pruebas de uniformes, compras de estuches y pinturas y el retorno a unas rutinas más estrictas y unos horarios más rígidos que recordarles lo divertido que es el colegio?

            Lo bueno de esta actividad es que podéis jugar con un niño o tantos como se apunten y con tantos materiales como se os ocurra. Nosotros jugamos muchas veces, a lo largo del curso y también del verano. Tenéis un ejemplo en mi post del Mapa de España; en él os cuento cómo lo que empezó siendo una idea para que mis hijos reconociesen a sus familiares, poniendo sus fotos en un mapa, se convirtió en “la asamblea”. Así fue como llamó Silvia a nuestro juego y un tiempo después me enteré, por su profesora, que lo primero que hacían todos los días al llegar a la guardería era justamente eso, una asamblea, en la que colocaban las fotos de todos los compañeros en la pared, como forma de pasar lista.

            No hace falta que os tiréis toda la tarde jugando a ser profesores ni que lo llevéis más allá de lo que les pueda resultar entretenido. Recordad que se trata de pasarlo bien, no de atosigarlo. Como con todos los juegos, no funcionará si los niños están demasiado cansados o irritables; en estos casos lo mejor es atender primeros sus necesidades y, si aún no es la hora de dormir, comer o lo que les haga falta, podéis jugar con las pompas de jabón, suelen ser efectivas en cualquier momento; les entretienen y les relajan. Puede que comencéis el juego y antes de que os dé tiempo a hacer algo haya cambiado de actividad; eso está bien, os quedará como recurso para otra ocasión, no tratéis de dirigirle, sólo se trata de proponerle. Al fin y al cabo, es mejor educar líderes que seguidores, ¿no os parece?

            Lo más normal, y divertido para los peques, será que quieran ser los profesores. Si sólo “trabajáis” con un niño, esto es sencillo, se autonombrará el maestro y a vosotros os tocará ser el alumno. Para aumentar la diversión y la clase podéis colocar varios muñecos o peluches junto a vosotros, que serán vuestros compañeros de aula. Si estáis jugando con varios niños a la vez, bien con vuestros hijos, cuando hagáis de canguro de vuestros sobrinos o nietos o en un cumpleaños, por poner varios ejemplos, tampoco tenéis de qué preocuparos; al fin y al cabo, en el colegio hay varias asignaturas. Es sencillo, uno de los niños puede comenzar siendo el profesor de lengua y cuando termine su asignatura, le tocará el turno al profesor de matemáticas. Es posible que al principio haya tensión entre ellos, pero si mantenéis la calma podréis resolverlo. Estableced turnos de la forma más equitativa que se os ocurra. Por ejemplo, podéis decir que el profesor de lengua será el primero; el de matemáticas, el segundo; y el de música, el tercero. Meted un símbolo de cada asignatura, por ejemplo, una letra, un número y una nota musical, en una bolsa; que cada niño meta la mano sacando uno para saber quién empieza. Ya sabéis que a los niños, por otra parte como a los adultos, el tiempo se les pasa volando cuando están entretenidos y se les hace eterno cuando les toca esperar. Para que no vean injusticias donde no las hay, podéis poner un despertador en el “aula” y darle diez minutos a cada niño. Pasado ese tiempo, el despertador sonará y habrá que cambiar de profesor. Si los niños son muy pequeños podéis reducir el tiempo. Si son mayores o se lo están pasando todos realmente bien, podéis aumentarlo. No hay que ser demasiado estrictos siempre que todos estén de acuerdo y, por supuesto, si aumentáis el tiempo para uno, luego habrá que hacerlo con los demás.

            Os propongo varias actividades para los distintos profesores. Recordad que sólo son propuestas y que si no tenéis alguno de los materiales no necesitáis comprarlos porque los podéis sustituir. Por otra parte, si os resultan útiles, los podéis incorporar a vuestra lista de manualidades que hacer con los niños.

            Para la clase de matemáticas, nosotros utilizamos unos números magnéticos que les regalaron en las últimas Navidades.

Son demasiados para niños tan pequeños, así que seleccioné los números del 1 al 5 y los metí en un bote. Hace unos meses, compré de liquidación en Flat Pack un marco imantado. Se suponía que era para poner fotos, pero nosotros lo utilizamos como pizarra. Cuando jugamos a profesores lo descolgamos de la pared, lo apoyamos en la estantería y Silvia, que suele hacer de maestra, va sacando los números de uno en uno, se los muestra a los alumnos (su hermano y yo, pero también una serie de muñecos que ponemos en el suelo), les dice qué número es, en cada ocasión, y lo coloca en la “pizarra”.

Antes de tenerla, y también ahora a veces, cuando queremos darle más movimiento al juego, colocamos los imanes en cualquier superficie apropiada de la casa. Silvia tiende a lo seguro y los coloca en la nevera. En cambio a Sergio, le gusta experimentar y va probando por toda la cocina, cajones, puertas… hasta que llega al lavavajillas, donde, por fin, se le “pegan”. La semana pasada, jugamos con el bote de las vocales y, por iniciativa propia, le dio una a cada muñeco para que “se las llevase a casa” y así pudiesen aprendérselas. Sergio, que tiene 20 meses y aún no ha pasado por la guardería, no reconoce los números cuando los ve, pero se lo pasa genial colocándolos y aún más recogiéndolos. A veces nos los quita incluso cuando todavía los estamos usando para meterlos de nuevo en el bote.

            En clase de lengua podéis recurrir a la técnica que empleamos con el mapa de España. Para los que no hayáis leído el post, lo explicaré más detalladamente. Pegáis en la pared, o en cualquier otra superficie que no se estropee o incluso lo podéis estirar en el suelo, un gran pliego de fieltro. Recordad que son niños y las miniaturas no son lo más adecuado para que jueguen. En otra hoja de fieltro escribís las vocales, de forma que sean grandes y uniformes. Para hacerlas yo utilicé como plantilla las letras de su tapiz.
Las recortáis y, por una de las caras, le ponéis un trozo de velcro autoadhesivo, el que tiene la parte áspera, que pincha, para que se adhiera al fieltro. Lo que tienen que hacer es extraerlas de un bote, decirles a los alumnos qué letra es cada vez que la saquen y pegarlas al fieltro bien separadas unas de otras. En otro bote, tendréis preparados una serie de dibujos plastificados; buscáis con el buscador de imágenes de Google, aquellos objetos que se os ocurran que comiencen con cada una de las vocales, los imprimís, los plastificáis con el mismo plástico que se utiliza para encuadernar los libros del colegio y les ponéis un trozo de velcro autoadhesivo, de nuevo, por la parte áspera. Serán los alumnos los que tendrán que sacar estos dibujos, decir qué son y pegarlos en la vocal correcta. En mi caso, ésta es la parte que más les gusta. Sergio es muy pequeño y aún no sabe las vocales, pero le encanta pegar los dibujos así que nosotros le decimos dónde hacerlo. Silvia está aprendiendo bastante vocabulario gracias a este juego porque hay palabras como ancla o iglú que desconocía. Todavía no asocia que “abeja” empieza por “a”, pero ella dice el nombre del dibujo y una vez que yo le digo por qué letra empieza, lo coloca sin problemas en la correcta. Aunque haga de profesora en esta parte participamos todos. Y a la hora de recoger también, por supuesto. Cuando comenzamos a jugar, al comienzo del curso pasado, hacíamos una vocal cada día, justo después de la asamblea. Ahora, eso se les hace cortos, así que jugamos con todas a la vez.
Supongo que este año Silvia empezará a aprender todo el alfabeto, así que me va a tocar ponerme las pilas recortando más letras e imprimiendo más dibujos.

            En clase de música, hay que tocar un instrumento, claro, y nada mejor que uno hecho por ellos mismos. Lo que hacemos es repartir una botella de plástico vacía a cada alumno, ¡viva el reciclaje! Y a continuación les damos un puñado de macarrones, 10 por persona. Cada niño, por turnos, mete los macarrones dentro de la botella, contándolos entre todos, del 1 al 10, que es otra buena forma de repasar los números. Los más atrevidos lo podéis hacer en inglés. Y cuando terminan se les ayuda a cerrar la botella, a los que necesiten y se continúa con el siguiente. Silvia ya cuenta muy bien y se equivoca poco. Sergio se muere de risa y repite algunos números, especialmente el tres, que dice “tes” con una gran cara de satisfacción. Cuando todos tenemos nuestra maraca nos volvemos locos agitándola. La profesora decide cuándo podemos moverla y cuando tenemos que parar.

            Podéis añadir tantas asignaturas como niños quieran hacer de profesores, utilizarlas todas el mismo día o dividirlas entre varios. Y cuando veáis que el juego se les empieza a hacer aburrido, podéis decidir que es la hora del recreo, y a hacer un poco el salvaje como si estuviesen en el patio. Seguro que si les ponéis un poco de música marchosa estarán encantados de bailar; y jugar “al corro de la patata” es una estupenda forma de terminar este “día en clase”; una actividad entretenida que os sacará de apuros un día de lluvia, por ejemplo.

4 comentarios:

  1. Simplemente genial..
    Desde luego que tus peques no se aburren
    Un saludo

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    Respuestas
    1. Muchas gracias. Es muy satisfactorio leer vuestros comentarios porque hace que compartir nuestros juegos se vuelva más personal y gratificante. Educarles para el mundo que les ha tocado vivir lleva mucho trabajo. Tienen por delante tantos cambios que es para lo que tenemos que prepararles, pero es realmente satisfactorio. Me alegra poder compartir nuestras ideas con todos vosotros.
      Un saludo muy fuerte

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  2. Una pregunta...
    El velcro ese autoadhesivo...dónde lo compras??
    Estoy buscando uno para que mi pequeña pegue y despeque las cosas tantas veces como quiera...pero ninguno ha dado ese resultado...
    El velcro se ha terminado deshilachando o despegándose de las superficies... Y, como es lógico, los dibujos/fotos (incluso plastificados) han terminado rompiéndose...
    Gracias y enhorabuena ;)

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  3. Hola! Siento el retraso en la respuesta, llevamos unos días ajetreados. El velcro, la verdad, lo compro en los chinos. Probé con alguno de mercería o del Carrefour, pero son mucho más caros y me dieron el mismo resultado. Tienen un adhesivo bastante fuerte y no se me han deshilachado nunca. Es cierto que para hacer una "cinta" que recogiese las cortinas se me despegaba y tuve que ponerle adhesivo "pegadedos", pero con los juegos de los niños ningún problema. Y lo cierto es que pongo un trocito pequeño. Ellos están encantados y yo también porque jugamos juntos mucho rato con un presupuesto muy pequeño. Y lo tienes de varios colores.

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